Esta, es una historia que he escrito yo, en la que las relaciones sociales estan trastocadas por un medio, ya que estuvimos leyendo "Los Viajes De Gulliver" en clase de Literatura Universal, asique al lío:
Alzo la vista y miro el cielo, está nublado y parece que va a llover. Miro a un lado y a otro, vuelvo a mirar por toda la casa y no hay rastro, no están, ¿dónde se habrán metido?, esto no tiene sentido alguno.
Salgo a la calle y voy a la casa de mi amiga Lucía, ella tampoco los encuentra y tampoco a su hermana de 18 años.
Vamos corriendo al colegio y está todo lleno de niños.
No hay rastro de ninguna madre ni de ningún padre, los mayores de 18 años tampoco están, no tiene sentido.
Seguimos buscando a nuestros compañeros y ellos tampoco encuentran a nadie mayor de 18 años, parece que todos han desaparecido.
Salimos a buscarles y no hay en ningún lado, así qué decidimos dar una vuelta por toda la ciudad, la gente dice que estaba con sus padres y de repente desaparecieron, lo más sensato sería buscar dentro de las casas por si hay algún bebé o niños pequeños.
Recorremos casa por casa cogiendo niños y llevándolos, una vez terminado vamos al colegio y allí estamos todos.
Un día entero y ni rastro de los adultos, decidimos intentar cuidar de todos hasta que volvieran.
No hay adultos, por lo tanto cuando se acaben las provisiones no habra nada de comida y nos moriremos de hambre.
No hay ninguna ciudad cercana a la que pedir auxilio, estamos en una ciudad rodeada de montañas y sólo se puede salir en coche y no sabemos conducir, y aunque supiéramos no hay gasolina suficiente para llegar. Y para colmo tampoco hay electricidad; nada de luces, de calefacción, de comida caliente...
No sé qué pasará pero tenemos todas las probabilidades de morir en poco tiempo y para mi cumpleaños quedan sólo 31 días, en 1 mes cumpliré mis 18, tan ansiosos antes y tan temidos ahora. No se que pasará pero algo estoy segura y es que hasta que llegue mi cumpleaños haré todo lo posible por estos niños e intentaré recuperar a toda la gente que falta.
sábado, 3 de marzo de 2018
Los Viajes De Gulliver. Jonathan Swift
Golbasto Momaren Evlame Gurdilo Shefin Mully Ully Gue, muy poderoso
emperador de Liliput, delicia y terror del universo, cuyos dominios se
extienden cinco mil blustrugs [unos veinte kilómetros en circunferencia]
hacia los confines del globo; monarca de todos los monarcas, más
alto que los hijos de los hombres, cuyos pies aprietan el centro y cuya
cabeza da contra el Sol, cuyo gesto hace temblar las rodillas de los príncipes
de la tierra, agradable como la primavera, reconfortante como el
verano, fructífero como el otoño, terrible como el invierno. Su Muy Sublime
Majestad propone al Hombre-Montaña, recientemente llegado a
nuestros celestiales dominios, los artículos siguientes, que por solemne
juramento estará obligado a cumplir:
Primero. El Hombre-Montaña no saldrá de nuestros dominios sin
nuestra licencia otorgada por nuestro gran sello.
Segundo. No se atreverá a entrar en nuestra metrópoli sin nuestra
orden expresa; en ese momento, los habitantes serán avisados con dos
horas de antelación para que se encierren en sus casas.
Tercero. El citado Hombre-Montaña limitará sus paseos a nuestras
principales carreteras, y no se paseará ni se tumbará en una pradera ni
en nuestros sembrados.
Cuarto. Cuando pasee por las citadas carreteras pondrá el mayor
cuidado en no pisotear el cuerpo de ninguno de nuestros amados súbditos,
sus caballos y carros, y en no coger a ninguno de nuestros susodichos
súbditos en sus manos sin su consentimiento.
Quinto. Si un correo requiriese su entrega inmediata, el HombreMontaña
estará obligado a llevar en su bolsillo al mensajero con su caballo
un viaje de seis días, una vez en cada luna, y devolver sano y salvo
al citado mensajero, si fuese necesario, a nuestra Imperial Presencia.
Sexto. Será nuestro aliado contra nuestros enemigos de la isla de
Blefuscu, y hará cuanto pueda por destruir su armada, que se prepara
actualmente para invadirnos.
Séptimo. Que el citado Hombre-Montaña, en sus ratos de ocio,
ayudará y prestará colaboración a nuestros obreros, ayudándoles a levantar
determinadas grandes piedras para rematar el muro del parque
principal y otros de nuestros edificios reales.
Octavo. Que el citado Hombre-Montaña entregará en un plazo de
dos lunas un informe exacto de la circunferencia de nuestros dominios,
mediante el cálculo de sus pasos alrededor de la costa.
Noveno. Finalmente, que bajo su solemne juramento de obedecer todos los
anteriores artículos, el citado Hombre-Montaña dispondrá de una ración
diaria de comida y bebida suficiente para el mantenimiento de
1728 de nuestros súbditos, y tendrá libre acceso a nuestra Real Persona,
y otros testimonios de nuestra gracia. Dado en nuestro palacio de Belfaborac,
el duodécimo día de la nonagésima primera luna de nuestro
reinado.
CAPÍTULO IV.
La noción de los houyhnhnms acerca de la mentira. -El discurso del autor, desaprobado por su amo. -El autor da una más detallada cuenta de sí mismo y de los incidentes de su viaje.
Me oyó mi amo con grandes muestras de inquietud en el semblante, pues dudar o no creer son cosas tan poco conocidas en aquel país, que los habitantes no saben cómo conducirse en tales circunstancias. Y recuerdo que en frecuentes conversaciones que tuve con mi amo respecto de la naturaleza humana en otras partes del mundo, como se me ofreciese hablar de la mentira y el falso testimonio, no comprendió sino con gran dificultad lo que quería decirle, aunque fuera de esto mostraba grandísima agudeza de juicio. Me argüía que si el uso de la palabra tenía por fin hacer que nos comprendiésemos unos a otros, este fin fracasaba desde el instante en que alguno decía la cosa que no era; porque entonces ya no podía decir que nadie le comprendiese, y estaba tanto más lejos de quedar informado, cuanto que le dejaba peor que en la ignorancia, ya que le llevaba a creer que una cosa era negra cuando era blanca, o larga cuando era corta. Éstas eran todas las nociones que tenía acerca de la facultad de mentir, tan perfectamente bien comprendida y tan universalmente practicada entre los humanos.
Pero dejemos esta digresión. Cuando aseguré a mi amo que los yahoos eran los únicos animales dominadores de mi país -lo que declaró que iba más allá de su comprensión-, quiso saber si había houyhnhnms entre nosotros y a qué se dedicaban. Díjele que los teníamos en gran número y que en verano pacían en los campos y en invierno se los mantenía con heno y avena, encerrados en casas donde sirvientes yahoos se dedicaban a lustrarles la piel, peinarles las crines, limpiarles las patas, darles la comida y hacerles la cama.
«Te comprendo perfectamente -dijo mi amo-; y de todo lo que has hablado se desprende con toda claridad que, cualquiera que sea el grado de razón que los yahoos se atribuyen, los houyhnhnms son vuestros amos. Bien quisiera yo que nuestros yahoos fuesen tan tratables.»
Rogué a su señoría que se dignase excusarme de continuar, porque estaba cierto de que los informes que esperaba de mí habían de serle sumamente desagradables. Pero él insistió en exigirme que le enterase de todo, bueno y malo, y yo le dije que sería obedecido. Reconocí que nuestros houyhnhnms, que nosotros llamábamos caballos, eran los más generosos y bellos animales que teníamos, y que se distinguían por su fuerza y su ligereza; y cuando pertenecían a personas de calidad que los empleaban para viajar, correr en concursos o arrastrar carruajes, eran tratados con gran regalo y atención, hasta que contraían alguna enfermedad o se despeaban. Llegado este caso, eran vendidos y dedicados a las más ingratas faenas hasta su muerte, y después de ella se les arrancaba la piel, que era vendida para varios usos, y se dejaba el cuerpo para que lo devorasen perros y aves de rapiña. Mas los caballos de raza corriente no tenían tan buena fortuna, pues estaban en manos de labradores y carreteros, que les hacían trabajar más y les daban de comer peor. Describí lo mejor que pude cómo montamos a caballo, la forma y el uso de la brida, la silla, la espuela y el látigo, el arnés y las ruedas. Añadí que les fijábamos planchas de cierta materia dura, llamada hierro, en los extremos de las patas, para evitar que se les rompiesen los cascos contra los caminos empedrados, por donde caminábamos con frecuencia.
Mi amo, después de algunas expresiones de gran indignación, se asombró de que nos arriesgásemos a subirnos en el lomo de un houyhnhnm, pues estaba seguro de que el más débil criado de su casa era capaz de sacudirse al yahoo más fuerte, o de aplastarle echándose al suelo y revolcándose sobre el lomo. Le contesté que nuestros caballos eran amaestrados desde que tenían tres o cuatro años según el uso a que se destinaba a cada cual; que si alguno resultaba extremadamente indócil, se le dedicaba al tiro; que se les pegaba duramente cuando eran jóvenes, por cualquier travesura, y que, indudablemente, eran sensibles a la recompensa y al castigo. Pero su señoría se sirvió considerar que tales houyhnhnms no tenían el menor rastro de entendimiento, ni más ni menos que los yahoos de su país.
Me costó recurrir a numerosas circunlocuciones el dar a mi amo idea exacta de lo que decía, pues su idioma no es abundante en variedad de palabras, porque las necesidades y pasiones de ellos son menos que las nuestras. Pero es imposible pintar su noble resentimiento por el trato salvaje que dábamos a la raza houyhnhnm. Dijo que si era posible que hubiese un país donde solamente los yahoos estuvieran dotados de razón, sin duda deberían ser el animal dominador, porque, a la larga, siempre la razón prevalecerá sobre la fuerza bruta. Pero considerando la hechura de nuestro cuerpo, y particularmente del mío, pensaba que no existía un ser de parecida corpulencia tan mal conformado para emplear el tal raciocinio en los fines corrientes de la vida; por lo cual me preguntó si aquellos entre quienes yo vivía se parecían a mí o a los yahoos de su tierra. Le aseguré que yo estaba formado como la mayor parte de los de mi edad, pero que los jóvenes y las hembras eran mucho más tiernos y delicados, y la piel de las últimas tan blanca como la leche, por regla general. Díjome que, sin duda, yo me diferenciaba de los otros yahoos en ser mucho más limpio y no tan extremadamente feo; pero en punto a ventajas positivas, pensaba que las diferencias iban en perjuicio mío. Ni las uñas de las patas delanteras ni las de las traseras me servían para nada. En cuanto a las patas delanteras, no podía darles en realidad tal nombre, ya que nunca había visto que anduviese con ellas; eran demasiado blandas para apoyarse en el suelo; generalmente las llevaba descubiertas, y las cubiertas que a veces les ponía no eran de la misma forma ni resistencia que las que llevaba en las patas de atrás. No podía marchar con seguridad, pues si se me escurría una de las patas traseras daría en tierra con mi cuerpo inevitablemente. Comenzó luego a poner faltas a otras partes de mi cuerpo: lo plano de mi cara, lo prominente de mi nariz, la colocación delantera de mis ojos, de modo que no podía mirar a los lados sin volver la cabeza, que no podía comer sin levantar hasta la boca una de las patas delanteras, remos éstos que la Naturaleza me había dado, por consiguiente, respondiendo a tal necesidad. No sabía para qué podrían servirme aquellas rajas y divisiones de las patas de delante; éstas eran demasiado blandas para soportar la dureza y los filos de las piedras sin una cubierta hecha de la piel de algún otro animal; todo mi cuerpo necesitaba contra el calor y el frío una defensa, que tenía que ponerme y quitarme todos los días, con el fastidio y la molestia consiguientes. Y, por último, él había observado que en su país todos los animales aborrecían naturalmente a los yahoos, que eran evitados por los más débiles, y apartados por los más fuertes; así que, aun suponiendo que estuviésemos dotados de razón, no podía comprender cómo era posible curar esa natural antipatía que todos los seres demostraban por nosotros, ni, por lo tanto, cómo podíamos amansarlos y servirnos de ellos. No obstante, dijo que no discutiría más la cuestión, porque tenía los mayores deseos de conocer mi historia, en qué país había nacido y los diversos actos y acontecimientos de mi vida hasta que había llegado allí.
Le aseguré que tendría grandísimo gusto en darle en todos los puntos entera satisfacción; pero dudaba mucho de que me fuese posible explicarme en algunas materias de que su señoría no tenía seguramente la más pequeña idea, pues no veía yo en su país con qué poder compararlas. Sin embargo, haría cuanto estuviese en mi mano y me esforzaría por expresarme con símiles, y le suplicaba humildemente su ayuda para cuando me faltase la palabra propia, asistencia que se dignó prometerme.
Le dije que había nacido de padres honrados, en una isla llamada Inglaterra, muy apartada de su país, a tantas jornadas como el criado más robusto de su señoría pudiese hacer durante el curso anual del sol. Que me hicieron cirujano, oficio que consistía en curar heridas y daños del cuerpo recibidos por azar o por violencia. Que mi país estaba gobernado por una hembra del hombre, llamada reina. Que yo salí de él para obtener riquezas con que mantenerme y mantener a mi familia cuando regresara. Que en mi último viaje yo era capitán del barco y llevaba cincuenta yahoos a mis órdenes, muchos de los cuales murieron en el mar, por lo que tuve que substituirlos con otros recogidos en diferentes naciones. Que nuestro barco estuvo dos veces en riesgo de irse a pique: la primera, a causa de una tempestad, y la segunda, por haber embestido contra una roca. Al llegar aquí me interrumpió mi amo preguntándome cómo había podido persuadir a extranjeros de otras naciones a aventurarse conmigo, después de las pérdidas que ya había sufrido y los peligros en que me había encontrado. Le dije que eran gentes de suerte desesperada, forzada a huir de los lugares en que habían nacido a causa de su pobreza o de sus crímenes. Unos estaban arruinados por pleitos; a otros fuéseles cuanto tenían tras la bebida, el lupanar y el juego; otros escapaban por traición; muchos, por asesinato, hurto, envenenamiento, robo, perjurio, falsedad, acuñación de moneda falsa, prófugos de su bandera o desertores al campo enemigo, y la mayor parte habían quebrantado prisión. Ninguno de los tales se atrevía a volver a su país natal por miedo de morir ahorcado o de hambre en una cárcel; y de consiguiente, se veían en la necesidad de buscar medio de vida en otros sitios.
Durante este discurso mi amo se dignó interrumpirme varias veces. Había yo empleado muchas circunlocuciones para pintarle la naturaleza de los diferentes crímenes que habían forzado o, la mayor parte de los que formaban la tripulación a huir de su país. Consumí en esta tarea varios días de conversación, primero que pudiese comprenderme. No le cabía en la cabeza cuál podría ser la conveniencia o la necesidad de practicar aquellos vicios, lo que yo intenté aclararle dándole alguna idea de los deseos de pobres y ricos, de los efectos terribles de la lujuria, la intemperancia, la maldad y la envidia. Tuve que definirlo y describirlo todo poniendo ejemplos y haciendo suposiciones; después de lo cual, como si su imaginación hubiera recibido el choque de algo jamás visto ni oído, alzó los ojos con asombro e indignación. El poder, el gobierno, la guerra, la ley, el castigo y mil cosas más no tenían en aquel idioma palabra que los expresara, por lo que encontré dificultades casi insuperables para dar a mi amo idea de lo que quería decirle. Pero como tenía excelente entendimiento, desarrollado por la observación y la plática, llegó, por fin, a un conocimiento suficiente de lo que es capaz de hacer la naturaleza humana en las partes del mundo que habitamos nosotros, y me pidió que le diese cuenta en particular de esa tierra que llamamos Europa, y especialmente de mi país.
Jonathan Swift (1667-1745) escritor político y satírico anglo-irlandés, considerado uno de los maestros de la prosa en inglés y de los más apasionados satirizadores de la locura y la arrogancia humanas. Sus numerosos escritos políticos, textos en prosa, cartas y poemas tienen como característica común el uso de un lenguaje efectivo y económico.
Nacido en Dublín el 30 de noviembre de 1667, estudió en el Trinity College de dicha
ciudad. Obtuvo un empleo en Inglaterra como secretario del diplomático y escritor
William Temple, pariente lejano de su madre. Las relaciones con su patrón no fueron
especialmente cordiales y, en 1694, el joven Jonathan regresó a Irlanda, donde se ordenó
sacerdote. Tras la reconciliación con Temple, volvió a su servicio en 1696. Supervisó la
educación de Esther Johnson, hija de la recién enviudada hermana de Temple, y
permaneció con el caballero hasta su muerte, en 1699. Durante ese tiempo, Swift, aunque
tuvo frecuentes discusiones con su patrón, dispuso de gran cantidad de tiempo para la
lectura y la escritura.
En el primer fragmento; el emperador de Liliput, se presenta cómo un Dios y el contrato que hace para el humano sólo le beneficia el último tratado, cosa que no le sirve comparado con todo lo demás que debe cumplir, es una explotación.
En el segundo fragmento; hay una conversación entre un ser humano y un caballo, es un mundo dónde dominan los caballos.
Hace que el lector tenga una sensación de extrañeza, los caballos tienen unos sirvientes llamados yahoos que son como seres humanos.
Jonathan Swift quiere enseñar la crueldad, la explotación y el maltrato que sufren los animales por culpa de los humanos.
Los caballos no logran entender el concepto de la mentira.
emperador de Liliput, delicia y terror del universo, cuyos dominios se
extienden cinco mil blustrugs [unos veinte kilómetros en circunferencia]
hacia los confines del globo; monarca de todos los monarcas, más
alto que los hijos de los hombres, cuyos pies aprietan el centro y cuya
cabeza da contra el Sol, cuyo gesto hace temblar las rodillas de los príncipes
de la tierra, agradable como la primavera, reconfortante como el
verano, fructífero como el otoño, terrible como el invierno. Su Muy Sublime
Majestad propone al Hombre-Montaña, recientemente llegado a
nuestros celestiales dominios, los artículos siguientes, que por solemne
juramento estará obligado a cumplir:
Primero. El Hombre-Montaña no saldrá de nuestros dominios sin
nuestra licencia otorgada por nuestro gran sello.
Segundo. No se atreverá a entrar en nuestra metrópoli sin nuestra
orden expresa; en ese momento, los habitantes serán avisados con dos
horas de antelación para que se encierren en sus casas.
Tercero. El citado Hombre-Montaña limitará sus paseos a nuestras
principales carreteras, y no se paseará ni se tumbará en una pradera ni
en nuestros sembrados.
Cuarto. Cuando pasee por las citadas carreteras pondrá el mayor
cuidado en no pisotear el cuerpo de ninguno de nuestros amados súbditos,
sus caballos y carros, y en no coger a ninguno de nuestros susodichos
súbditos en sus manos sin su consentimiento.
Quinto. Si un correo requiriese su entrega inmediata, el HombreMontaña
estará obligado a llevar en su bolsillo al mensajero con su caballo
un viaje de seis días, una vez en cada luna, y devolver sano y salvo
al citado mensajero, si fuese necesario, a nuestra Imperial Presencia.
Sexto. Será nuestro aliado contra nuestros enemigos de la isla de
Blefuscu, y hará cuanto pueda por destruir su armada, que se prepara
actualmente para invadirnos.
Séptimo. Que el citado Hombre-Montaña, en sus ratos de ocio,
ayudará y prestará colaboración a nuestros obreros, ayudándoles a levantar
determinadas grandes piedras para rematar el muro del parque
principal y otros de nuestros edificios reales.
Octavo. Que el citado Hombre-Montaña entregará en un plazo de
dos lunas un informe exacto de la circunferencia de nuestros dominios,
mediante el cálculo de sus pasos alrededor de la costa.
Noveno. Finalmente, que bajo su solemne juramento de obedecer todos los
anteriores artículos, el citado Hombre-Montaña dispondrá de una ración
diaria de comida y bebida suficiente para el mantenimiento de
1728 de nuestros súbditos, y tendrá libre acceso a nuestra Real Persona,
y otros testimonios de nuestra gracia. Dado en nuestro palacio de Belfaborac,
el duodécimo día de la nonagésima primera luna de nuestro
reinado.
CAPÍTULO IV.
La noción de los houyhnhnms acerca de la mentira. -El discurso del autor, desaprobado por su amo. -El autor da una más detallada cuenta de sí mismo y de los incidentes de su viaje.
Me oyó mi amo con grandes muestras de inquietud en el semblante, pues dudar o no creer son cosas tan poco conocidas en aquel país, que los habitantes no saben cómo conducirse en tales circunstancias. Y recuerdo que en frecuentes conversaciones que tuve con mi amo respecto de la naturaleza humana en otras partes del mundo, como se me ofreciese hablar de la mentira y el falso testimonio, no comprendió sino con gran dificultad lo que quería decirle, aunque fuera de esto mostraba grandísima agudeza de juicio. Me argüía que si el uso de la palabra tenía por fin hacer que nos comprendiésemos unos a otros, este fin fracasaba desde el instante en que alguno decía la cosa que no era; porque entonces ya no podía decir que nadie le comprendiese, y estaba tanto más lejos de quedar informado, cuanto que le dejaba peor que en la ignorancia, ya que le llevaba a creer que una cosa era negra cuando era blanca, o larga cuando era corta. Éstas eran todas las nociones que tenía acerca de la facultad de mentir, tan perfectamente bien comprendida y tan universalmente practicada entre los humanos.
Pero dejemos esta digresión. Cuando aseguré a mi amo que los yahoos eran los únicos animales dominadores de mi país -lo que declaró que iba más allá de su comprensión-, quiso saber si había houyhnhnms entre nosotros y a qué se dedicaban. Díjele que los teníamos en gran número y que en verano pacían en los campos y en invierno se los mantenía con heno y avena, encerrados en casas donde sirvientes yahoos se dedicaban a lustrarles la piel, peinarles las crines, limpiarles las patas, darles la comida y hacerles la cama.
«Te comprendo perfectamente -dijo mi amo-; y de todo lo que has hablado se desprende con toda claridad que, cualquiera que sea el grado de razón que los yahoos se atribuyen, los houyhnhnms son vuestros amos. Bien quisiera yo que nuestros yahoos fuesen tan tratables.»
Rogué a su señoría que se dignase excusarme de continuar, porque estaba cierto de que los informes que esperaba de mí habían de serle sumamente desagradables. Pero él insistió en exigirme que le enterase de todo, bueno y malo, y yo le dije que sería obedecido. Reconocí que nuestros houyhnhnms, que nosotros llamábamos caballos, eran los más generosos y bellos animales que teníamos, y que se distinguían por su fuerza y su ligereza; y cuando pertenecían a personas de calidad que los empleaban para viajar, correr en concursos o arrastrar carruajes, eran tratados con gran regalo y atención, hasta que contraían alguna enfermedad o se despeaban. Llegado este caso, eran vendidos y dedicados a las más ingratas faenas hasta su muerte, y después de ella se les arrancaba la piel, que era vendida para varios usos, y se dejaba el cuerpo para que lo devorasen perros y aves de rapiña. Mas los caballos de raza corriente no tenían tan buena fortuna, pues estaban en manos de labradores y carreteros, que les hacían trabajar más y les daban de comer peor. Describí lo mejor que pude cómo montamos a caballo, la forma y el uso de la brida, la silla, la espuela y el látigo, el arnés y las ruedas. Añadí que les fijábamos planchas de cierta materia dura, llamada hierro, en los extremos de las patas, para evitar que se les rompiesen los cascos contra los caminos empedrados, por donde caminábamos con frecuencia.
Mi amo, después de algunas expresiones de gran indignación, se asombró de que nos arriesgásemos a subirnos en el lomo de un houyhnhnm, pues estaba seguro de que el más débil criado de su casa era capaz de sacudirse al yahoo más fuerte, o de aplastarle echándose al suelo y revolcándose sobre el lomo. Le contesté que nuestros caballos eran amaestrados desde que tenían tres o cuatro años según el uso a que se destinaba a cada cual; que si alguno resultaba extremadamente indócil, se le dedicaba al tiro; que se les pegaba duramente cuando eran jóvenes, por cualquier travesura, y que, indudablemente, eran sensibles a la recompensa y al castigo. Pero su señoría se sirvió considerar que tales houyhnhnms no tenían el menor rastro de entendimiento, ni más ni menos que los yahoos de su país.
Me costó recurrir a numerosas circunlocuciones el dar a mi amo idea exacta de lo que decía, pues su idioma no es abundante en variedad de palabras, porque las necesidades y pasiones de ellos son menos que las nuestras. Pero es imposible pintar su noble resentimiento por el trato salvaje que dábamos a la raza houyhnhnm. Dijo que si era posible que hubiese un país donde solamente los yahoos estuvieran dotados de razón, sin duda deberían ser el animal dominador, porque, a la larga, siempre la razón prevalecerá sobre la fuerza bruta. Pero considerando la hechura de nuestro cuerpo, y particularmente del mío, pensaba que no existía un ser de parecida corpulencia tan mal conformado para emplear el tal raciocinio en los fines corrientes de la vida; por lo cual me preguntó si aquellos entre quienes yo vivía se parecían a mí o a los yahoos de su tierra. Le aseguré que yo estaba formado como la mayor parte de los de mi edad, pero que los jóvenes y las hembras eran mucho más tiernos y delicados, y la piel de las últimas tan blanca como la leche, por regla general. Díjome que, sin duda, yo me diferenciaba de los otros yahoos en ser mucho más limpio y no tan extremadamente feo; pero en punto a ventajas positivas, pensaba que las diferencias iban en perjuicio mío. Ni las uñas de las patas delanteras ni las de las traseras me servían para nada. En cuanto a las patas delanteras, no podía darles en realidad tal nombre, ya que nunca había visto que anduviese con ellas; eran demasiado blandas para apoyarse en el suelo; generalmente las llevaba descubiertas, y las cubiertas que a veces les ponía no eran de la misma forma ni resistencia que las que llevaba en las patas de atrás. No podía marchar con seguridad, pues si se me escurría una de las patas traseras daría en tierra con mi cuerpo inevitablemente. Comenzó luego a poner faltas a otras partes de mi cuerpo: lo plano de mi cara, lo prominente de mi nariz, la colocación delantera de mis ojos, de modo que no podía mirar a los lados sin volver la cabeza, que no podía comer sin levantar hasta la boca una de las patas delanteras, remos éstos que la Naturaleza me había dado, por consiguiente, respondiendo a tal necesidad. No sabía para qué podrían servirme aquellas rajas y divisiones de las patas de delante; éstas eran demasiado blandas para soportar la dureza y los filos de las piedras sin una cubierta hecha de la piel de algún otro animal; todo mi cuerpo necesitaba contra el calor y el frío una defensa, que tenía que ponerme y quitarme todos los días, con el fastidio y la molestia consiguientes. Y, por último, él había observado que en su país todos los animales aborrecían naturalmente a los yahoos, que eran evitados por los más débiles, y apartados por los más fuertes; así que, aun suponiendo que estuviésemos dotados de razón, no podía comprender cómo era posible curar esa natural antipatía que todos los seres demostraban por nosotros, ni, por lo tanto, cómo podíamos amansarlos y servirnos de ellos. No obstante, dijo que no discutiría más la cuestión, porque tenía los mayores deseos de conocer mi historia, en qué país había nacido y los diversos actos y acontecimientos de mi vida hasta que había llegado allí.
Le aseguré que tendría grandísimo gusto en darle en todos los puntos entera satisfacción; pero dudaba mucho de que me fuese posible explicarme en algunas materias de que su señoría no tenía seguramente la más pequeña idea, pues no veía yo en su país con qué poder compararlas. Sin embargo, haría cuanto estuviese en mi mano y me esforzaría por expresarme con símiles, y le suplicaba humildemente su ayuda para cuando me faltase la palabra propia, asistencia que se dignó prometerme.
Le dije que había nacido de padres honrados, en una isla llamada Inglaterra, muy apartada de su país, a tantas jornadas como el criado más robusto de su señoría pudiese hacer durante el curso anual del sol. Que me hicieron cirujano, oficio que consistía en curar heridas y daños del cuerpo recibidos por azar o por violencia. Que mi país estaba gobernado por una hembra del hombre, llamada reina. Que yo salí de él para obtener riquezas con que mantenerme y mantener a mi familia cuando regresara. Que en mi último viaje yo era capitán del barco y llevaba cincuenta yahoos a mis órdenes, muchos de los cuales murieron en el mar, por lo que tuve que substituirlos con otros recogidos en diferentes naciones. Que nuestro barco estuvo dos veces en riesgo de irse a pique: la primera, a causa de una tempestad, y la segunda, por haber embestido contra una roca. Al llegar aquí me interrumpió mi amo preguntándome cómo había podido persuadir a extranjeros de otras naciones a aventurarse conmigo, después de las pérdidas que ya había sufrido y los peligros en que me había encontrado. Le dije que eran gentes de suerte desesperada, forzada a huir de los lugares en que habían nacido a causa de su pobreza o de sus crímenes. Unos estaban arruinados por pleitos; a otros fuéseles cuanto tenían tras la bebida, el lupanar y el juego; otros escapaban por traición; muchos, por asesinato, hurto, envenenamiento, robo, perjurio, falsedad, acuñación de moneda falsa, prófugos de su bandera o desertores al campo enemigo, y la mayor parte habían quebrantado prisión. Ninguno de los tales se atrevía a volver a su país natal por miedo de morir ahorcado o de hambre en una cárcel; y de consiguiente, se veían en la necesidad de buscar medio de vida en otros sitios.
Durante este discurso mi amo se dignó interrumpirme varias veces. Había yo empleado muchas circunlocuciones para pintarle la naturaleza de los diferentes crímenes que habían forzado o, la mayor parte de los que formaban la tripulación a huir de su país. Consumí en esta tarea varios días de conversación, primero que pudiese comprenderme. No le cabía en la cabeza cuál podría ser la conveniencia o la necesidad de practicar aquellos vicios, lo que yo intenté aclararle dándole alguna idea de los deseos de pobres y ricos, de los efectos terribles de la lujuria, la intemperancia, la maldad y la envidia. Tuve que definirlo y describirlo todo poniendo ejemplos y haciendo suposiciones; después de lo cual, como si su imaginación hubiera recibido el choque de algo jamás visto ni oído, alzó los ojos con asombro e indignación. El poder, el gobierno, la guerra, la ley, el castigo y mil cosas más no tenían en aquel idioma palabra que los expresara, por lo que encontré dificultades casi insuperables para dar a mi amo idea de lo que quería decirle. Pero como tenía excelente entendimiento, desarrollado por la observación y la plática, llegó, por fin, a un conocimiento suficiente de lo que es capaz de hacer la naturaleza humana en las partes del mundo que habitamos nosotros, y me pidió que le diese cuenta en particular de esa tierra que llamamos Europa, y especialmente de mi país.
Jonathan Swift (1667-1745) escritor político y satírico anglo-irlandés, considerado uno de los maestros de la prosa en inglés y de los más apasionados satirizadores de la locura y la arrogancia humanas. Sus numerosos escritos políticos, textos en prosa, cartas y poemas tienen como característica común el uso de un lenguaje efectivo y económico.
Nacido en Dublín el 30 de noviembre de 1667, estudió en el Trinity College de dicha
ciudad. Obtuvo un empleo en Inglaterra como secretario del diplomático y escritor
William Temple, pariente lejano de su madre. Las relaciones con su patrón no fueron
especialmente cordiales y, en 1694, el joven Jonathan regresó a Irlanda, donde se ordenó
sacerdote. Tras la reconciliación con Temple, volvió a su servicio en 1696. Supervisó la
educación de Esther Johnson, hija de la recién enviudada hermana de Temple, y
permaneció con el caballero hasta su muerte, en 1699. Durante ese tiempo, Swift, aunque
tuvo frecuentes discusiones con su patrón, dispuso de gran cantidad de tiempo para la
lectura y la escritura.
En el primer fragmento; el emperador de Liliput, se presenta cómo un Dios y el contrato que hace para el humano sólo le beneficia el último tratado, cosa que no le sirve comparado con todo lo demás que debe cumplir, es una explotación.
En el segundo fragmento; hay una conversación entre un ser humano y un caballo, es un mundo dónde dominan los caballos.
Hace que el lector tenga una sensación de extrañeza, los caballos tienen unos sirvientes llamados yahoos que son como seres humanos.
Jonathan Swift quiere enseñar la crueldad, la explotación y el maltrato que sufren los animales por culpa de los humanos.
Los caballos no logran entender el concepto de la mentira.
CÁNDIDO. VOLTAIRE.
En el texto dice que hay 3 cosas negativas; que son el aburrimiento, el vicio y la necesidad. Y el trabajo nos permite luchar contra esas 3 cosas.
Hacer una huerta es saludable porque la comida es mejor, además es bonito ver cómo crece tu cultivo. Si no puedes vivir en el campo, por lo menos ten una huerta que te producirá satisfacción. Cómo dice en la oración: "tenemos que cultivar nuestra huerta"
Voltaire era un escritor, historiador, filósofo y abogado francés.
Hacer una huerta es saludable porque la comida es mejor, además es bonito ver cómo crece tu cultivo. Si no puedes vivir en el campo, por lo menos ten una huerta que te producirá satisfacción. Cómo dice en la oración: "tenemos que cultivar nuestra huerta"
Voltaire era un escritor, historiador, filósofo y abogado francés.
Yo creo, que si en el futuro sólo hubiese trabajo para una parte de la población, si trabajaría, aunque sea mejor quedarse en casa, pudiendo descansar y hacer otras cosas, necesitarías dinero para poder sobrevivir y poder comprarte cosas que quieras. Además si no trabajas te acabarías aburriendo y desesperado por encontrar trabajo sea donde sea aunque no te guste nada porque todos estamos "programados" para tener un trabajo y hacer algo en nuestra vida.
A veces necesitarás un descanso y para eso existen las vacaciones aunque se hagan cortas.
.LA MENTIRA.
Hay dos palabras que pueden describir lo que quiere decir el texto que son: la mentira y la explotación.
Los animales pueden sentir el amor que les puede tener su dueño, pero ellos no saben diferenciar entre el amor y la mentira, a ellos la mentira se la puedes colar de una manera que ellos no se dan cuenta y eso lleva a hacerles daño, ya que algunos humanos les hacen creer un amor falso para luego abandonarlos eso si, si antes explotarlos para ganar dinero y luego abandonarlos como si no valieran nada...ellos no sen dan cuenta de lo que pasa porque son animales inocentes que ellos solo esperan recibir amor y cariño y de volver ese amor y cariño a su dueño.
Ellos no saben que pueden estar haciendo el ridículo o que están trabajando para esa persona que gana un dinero sucio gracias a ellos , ellos no saben que son esclavos de los humanos, ellos solo son animales que no tienen ni idea de como pueden llegar a ser los humanos pero tampoco son tontos porque algunos luchan por seguir viviendo.
.LOS VIAJES DE GULLIVER. JONATHAN SWIFT
Primero vamos a hablar sobre el autor del texto que hemos leido en clase que es: Jonathan Swift nació el 30 de noviembre de 1667 en Dublin - Irlanda y falleció el 19 de octubre de 1745.
Fue un escritor, poeta y ensayista irlandés, autor de “Los viajes de Gulliver” (1726) o "El cuento del tonel”, entre otras obras literarias. Sobre su vida hay que destacar que fue ordenado como pastor de la Iglesia de Irlanda. Tras volver a Irlanda por asuntos políticos, su salud mental se fue resintiendo poco a poco.
Fue un escritor, poeta y ensayista irlandés, autor de “Los viajes de Gulliver” (1726) o "El cuento del tonel”, entre otras obras literarias. Sobre su vida hay que destacar que fue ordenado como pastor de la Iglesia de Irlanda. Tras volver a Irlanda por asuntos políticos, su salud mental se fue resintiendo poco a poco.
Los viajes de Gulliver es una sátira en prosa sobre la naturaleza humana y el subgénero literario de los "relatos de viaje". Se le considera una de las obras mas largas escrita por Swift y un clásico de la literatura inglesa.
En clase hemos leído dos fragmento sacados de Los viajes de Gulliver : en el primer texto que leímos contaban los habitantes las leyes que tenia esa isla y se las decían al nuevo inquilino que llegaba a la isla que era Guillever. En el segundo texto era una conversación que tenían dos caballos y hablaban de como los humanos les maltrataban y como no sabían valorar al animal, daban a entender como los humanos se creían los reyes y como a ellos les veían como si fueran sus esclavos.
.VOLTAIRE.
François-Marie Arouet, más conocido como Voltaire, nacido el 21 de noviembre de 1694 en París - Francia y fallecido el 30 de mayo de 1778.
fue un escritor, historiador,filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia Francesa en la que ocupó el asiento número 33.
Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre todo filosóficos.
Voltaire ha pasado a la Historia por acuñar el concepto de tolerancia religiosa. Fue un incansable luchador contra la intolerancia y la superstición y siempre defendió la convivencia pacífica entre personas de distintas creencias y religiones.
Sus escritos siempre se caracterizaron por la llaneza del lenguaje, huyendo de cualquier tipo de grandilocuencia. Maestro de la ironía, la utilizó siempre para defenderse de sus enemigos, de los que en ocasiones hacía burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas son sus discrepancias con Montesquieu acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau, achacándole sensiblería e hipocresía.
fue un escritor, historiador,filósofo y abogado francés que figura como uno de los principales representantes de la ilustración, un período que enfatizó el poder de la razón humana, de la ciencia y el respeto hacia la humanidad. En 1746 Voltaire fue elegido miembro de la Academia Francesa en la que ocupó el asiento número 33.
Voltaire alcanzó la celebridad gracias a sus escritos literarios y sobre todo filosóficos.
Voltaire ha pasado a la Historia por acuñar el concepto de tolerancia religiosa. Fue un incansable luchador contra la intolerancia y la superstición y siempre defendió la convivencia pacífica entre personas de distintas creencias y religiones.
Sus escritos siempre se caracterizaron por la llaneza del lenguaje, huyendo de cualquier tipo de grandilocuencia. Maestro de la ironía, la utilizó siempre para defenderse de sus enemigos, de los que en ocasiones hacía burla demostrando en todo momento un finísimo sentido del humor. Conocidas son sus discrepancias con Montesquieu acerca del derecho de los pueblos a la guerra, y el despiadado modo que tenía de referirse a Rousseau, achacándole sensiblería e hipocresía.
CÁNDIDO:
-Todos los sucesos están encadenados en el mejor de los mundos posibles; porque si no te hubieran echado a patadas en el trasero de un magnifico castillos por el amor de Cunegunda, si no te hubieran mentido en la inquision, si no hubieras andado a pie por las soledades de la América, si no hubieras pegado una buena estocada al barón y si no hubieras perdido todos tus carneros del buen país de El Dorado, no estarías aquí ahora comiendo confite de cidra y pistachos.
-Bien dice usted -respondió Cándido - pero tenemos que cultivar nuestra huerta.
En el texto hay una frase que es "Todos los sucesos están encadenados en el mejor de los mundos posibles" esa frase me hace pensar que Cándido quiere decir que si te pasan cosas malas o no te salen bien las cosas eso hace que luches y no te rindas y consigas tu sueño...puede llegar a ser algo tan malo que quieras rendirte pero esa cosa mala te enseña a vivir en el mundo y ha aprender a valorar mas las cosas, puedes pensar que es fin del mundo pero a lo mejor solo es el comienzo de un mundo mejor para ti.
.MAQUIAVELO.
EL PRÍNCIPE
El principado pueden implantarlo tanto el pueblo como los nobles, según que la ocasión se presente a uno o a otros. Los nobles, cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo, concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, para poder, a su sombra, dar rienda suelta a sus apetitos. El pueblo, cuando a su vez comprueba que no puede hacer frente a los grandes, cede su autoridad a uno y lo hace príncipe para que lo defienda. Pero el que llega al principado con la ayuda de los nobles se mantiene con más dificultad que el que ha llegado mediante el apoyo del pueblo, porque los que lo rodean se consideran sus iguales, y en tal caso se le hace difícil mandarlos y manejarlos como quisiera. Mientras que el que llega por el favor popular es única autoridad, y no tiene en derredor a nadie o casi nadie que no esté dispuesto a obedecer. Por otra parte, no puede honradamente satisfacer a los grandes sin lesionar a los demás; pero, en cambio, puede satisfacer al pueblo, porque la la finalidad del pueblo es más honesta que la de los grandes, queriendo éstos oprimir, y aquél no ser oprimido.
Agréguese a esto que un príncipe jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga por enemigo, porque son muchos los que lo forman; a los nobles, como se trata de pocos, le será fácil. Lo peor que un prÍncipe puede esperar de un pueblo que no lo ame es el ser abandonado por él; de los nobles, si los tiene por enemigos, no sólo debe temer que lo abandonen, sino que se rebelen contra él; pues, más astutos y clarividentes, siempre están a tiempo para ponerse en salvo, a la vez que no dejan nunca de congratularse con el que esperan resultará vencedor. Por último, es una necesidad para el prÍncipe vivir siempre con el mismo pueblo, pero no con los mismos nobles, supuesto que puede crear nuevos o deshacerse de los que tenía, y quitarles o concederles autoridad a capricho.
CONCEPTO POPULISMO
Es un concepto político que rechaza a los partidos políticos tradicionales y se muestran como guerreros frente a las clases que dominan.
El populismo recurre al pueblo para construir su poder, su estructura se basa en la denuncia de las malas propuestas que nacen de las clases privilegiadas.
Ellos no buscan una estabilidad o el progreso del país ellos buscan satisfacer a los votantes y les da igual las consecuencias que puedan haber.
La definición que he dado sobre el populismo ahora lo voy a relacionar con el texto de Maquiavelo.
En el texto de Maquiavelo podemos observar que habla de como el pueblo ve al príncipe que si lo relacionamos con la definición de arriba el seria uno de las clases dominantes del país, el que pone las normas que el quiera sin importarle tanto la opinión de la gente del pueblo.Por ejemplo si un 80% del pueblo esta en contra en una de sus propuestas el no cambiria la idea que ha puesto, y eso hace que la gente del pueblo se pongan en contra de el y busque a alguien que les pueda representar y ese alguien seria alguien de la nobleza que el seria el populismo ya que el propone ideas en las que el pueblo se va a poner de acuerdo con el y le apoyarían en el proceso.
Al príncipe le da puede dar igual que están en contra de el, porque el es la persona que lidera el país.
JOHN DONNE
John Donne fue un poeta ingles nacido el 22 de enero de 1572 (Londres - Reino Unido) y falleció a los 59 años el 31 de Marzo de 1631.
Se le considera el mejor poeta en lengua inglesa del siglo XVII, John Donne nació en el seno de una familia de honda tradición católica. Estudió en las universidades de Oxford y Cambridge, aunque no obtuvo título alguno. Viajo durante algunos años, y en 1598 conoció a sir Thomas Egerton, guardasellos del rey, quien lo nombró su ayudante particular, cargo que desempeñó durante los cinco años siguientes.
Se caso en 1601 con Anne More y tuvieron 12 hijos, el y su familia tenían un estilo de vida de extrema pobreza.
En 1609, una grave enfermedad le acercó a la religión y empezó a escribir sus primeros poemas de corte religioso. Dos años más tarde entró a trabajar al servicio de sir Robert Drury, impresionado éste por una elegía compuesta por Donne a la muerte de su hija. Con Drury, para quien escribió La anatomía del mundo, reflexión poética sobre la decadencia espiritual de la humanidad, viajó por Francia y los Países Bajos.
La poesía de Donne se caracteriza por su notable ingenio, el responsable de los conceptos novedosos, las paradojas, juegos de palabras y sutiles y brillantes analogías. Sus poemas suelen ser irónicos y cínicos, sobre todo cuando trata los motivos del hombre y el amor en los poemas presuntamente escritos en sus años de juventud. Temas comunes en sus poemas son el amor verdadero que une a los amantes fieles, la muerte (especialmente en su juventud y tras morir su esposa) y la religión.
Ahora vamos a ver un poema escrito por John Donne.
.POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS.
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
Desde mi punto de vista el poema para mi habla sobre la muerte, cuando pierdes a alguien queda un vacío que no puede ser remplazado por nadie y esa persona si es muy importante para ti se lleva algo de ti con ella, nadie puede ocupar los momentos que has vivido con esa persona.
Cuando el poeta menciona lo de las campanas quiere decir que alguien ha muerto, suenan las campanas por esa persona fallecida.
Esa persona puede ser conocida o no pero ese alguien sabemos que se ha ido de este mundo, una persona que ya no va a volver que se va a algún sitio que aun desconocemos, pero sabemos que la mayoría cuando mueren ya están descansando en paz y han cumplido lo que tenían que hacer en este mundo.
.PETRARCA.
Francesco Petrarca fue un poeta y humanista Italiano. Nació el 20 de julio de 1304 en Arezzo (Italia). Su padre fue un desterrado del mismo grupo político de Dante. Realizó viajes por toda Italia, Francia, Alemania y los Países Bajos. En 1330 conoció al escritor Giovanni Boccaccio en Florencia, con quien ya había mantenido correspondencia desde algún tiempo antes. Ambos se situaron al frente de un movimiento de redescubrimiento de la cultura de la antigüedad clásica.
Entre 1353 y 1361 reside en Milán y hasta 1374, entre Padua, Venecia y Arquà (Véneto). Le nombraron poeta laureado por el Senado de Roma, en 1341.
Escribió en latín e italiano. Entre sus obras en latín destacan África (1338-1342) y De viris illustribus (hacia 1338), una serie de biografías de personajes ilustres. Además en latín escribió églogas y epístolas en verso, el diálogo Secretum (1343), y el tratado De vita solitaria (1346-1356). De sus obras, la más famosa es una colección de poemas en italiano titulada Rime in vita e morta di Madonna Laura(posterior a 1327) y que después fue ampliada a lo largo de su vida y se conoce como Cancionero.
Francesco Petrarca falleció en Arquà el 18 de julio de 1374.
Ahora vamos a ver un poema escrito por Petrarca llamado:
CUANDO ME PARO A CONTEMPLAR...
Cuando me paro a contemplar los años
que han esparcido huyendo mis pensamientos,
y apagado el fuego donde helándome ardí,
y acabado el descanso de mis afanes,
rota la fe de los amorosos engaños,
y en dos partes todo mi bien dividido,
una en el cielo y otra en la tierra,
y perdido el provecho de mis daños,
en mí vuelvo, y me encuentro tan desnudo
que siento envidia por cualquier extrema suerte:
tanto dolor y miedo de mí tengo.
¡Oh mi estrella, oh Fortuna, oh Hado, oh Muerte,
oh para mí siempre dulce día y cruel,
En el poema de Petrarca se pueden encontrar unos cuantos recursos literarios como por ejemplo : una anáfora (Oh mi estrella, oh Fortuna, oh Hado, oh Muerte, oh para mí siempre dulce día y cruel...), un paralelismo con conjunción ( y) en los versos 3,4,6 y 8, también podemos observar una metáfora en el verso 3 ( apagado el fuego donde helandome ardi) un apostrofe (Oh mi estrella, oh Fortuna, oh Hado, oh Muerte oh, para mí siempre dulce día y cruel,como me habéis puesto en tan bajo estado!) el poeta nos hace ver como se dirige a seres animados.
Podemos ver en los versos del poema como el poeta describe su dolor de algunas situaciones que ha pasado o le están pasando.
ROMEO Y JULIETA. SHAKESPEARE.
Bajo el balcón de Julieta. (Romeo entra sin ser visto en el palacio de los Capuleto.
Julieta aparece en una ventana)
Romeo:- ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el
Oriente, y Julieta, el sol! (...) ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!
Julieta:- (Hablando sola) ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu
nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.
Romeo:- (Aparte) ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?
Julieta aparece en una ventana)
Romeo:- ¡Silencio! ¿Qué resplandor se abre paso a través de aquella ventana? ¡Es el
Oriente, y Julieta, el sol! (...) ¡Mirad cómo apoya en su mano la mejilla! ¡Oh! ¡Quién fuera guante de esa mano para poder tocar esa mejilla!
Julieta:- (Hablando sola) ¡Oh Romeo, Romeo! ¿Por qué eres tú Romeo? Niega a tu padre y rehúsa tu
nombre; o, si no quieres, júrame tan sólo que me amas, y dejaré yo de ser una Capuleto.
Romeo:- (Aparte) ¿Continuaré oyéndola, o le hablo ahora?
Julieta:- ¡Sólo tu nombre es mi enemigo! ¡Porque tú eres tú mismo, seas o no
Montesco! ¿Qué es Montesco? No es ni mano, ni pie, ni brazo, ni rostro, ni parte alguna
que pertenezca a un hombre. ¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que
llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! De
igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras
perfecciones que atesora. ¡Romeo, rechaza tu nombre; y a cambio de ese nombre, que
no forma parte de ti, tómame a mí toda entera!
Romeo:- Te tomo la palabra. Llámame sólo "amor mío" y seré nuevamente bautizado.¡Desde ahora mismo dejaré de ser Romeo!
Julieta:- ¿Quién eres tú, que así, envuelto en la noche, sorprendes de tal modo mis
secretos?
Romeo:- ¡No sé cómo expresarte con un nombre quien soy! Mi nombre, santa adorada,
me es odioso, por ser para ti un enemigo. De tenerla escrita, rasgaría esa palabra.
Julieta:- Todavía no he escuchado cien palabras de esa lengua, y conozco ya el acento.
¿No eres tú Romeo y Montesco?
Romeo:- Ni uno ni otro, hermosa doncella, si los dos te desagradan.
Julieta:- Y dime, ¿cómo has llegado hasta aquí y para qué? Las tapias del jardín son
altas y difíciles de escalar, y el sitio, de muerte, considerando quién eres, si alguno de mis
parientes te descubriera.
Romero:- Con ligeras alas de amor franqueé estos muros, pues no hay cerca de piedra
capaz de atajar el amor; y lo que el amor puede hacer, aquello el amor se atreve a
intentar. Por tanto, tus parientes no me importan.
Julieta:- (...) ¡Oh gentil Romeo! Si de veras me quieres, decláralo con sinceridad; o, si piensas que soy demasiado ligera, me pondré desdeñosa y esquiva, y tanto mayor será tu empeño en galantearme. En verdad, arrogante Montesco, soy demasiado apasionada, y por ello tal
vez tildes de liviana mi conducta; pero, créeme, hidalgo, daré pruebas de ser más sincera
que las que tienen más destreza en disimular. Yo hubiera sido más reservada, lo confieso,
de no haber tú sorprendido, sin que yo me apercibiese, mi verdadera pasión amorosa.
¡Perdóname, por tanto, y no atribuyas a liviano amor esta flaqueza mía, que de tal modo
ha descubierto la oscura noche!
Romeo:- Júrote, amada mía, por los rayos de la luna que platean la copa de los
árboles…
Julieta:- No jures por la luna, que es su rápida movimiento cambia de aspecto cada
mes. No vayas a imitar su inconstancia.
Romeo:- ¿Pues por quién juraré?
Julieta:- No hagas ningún juramento. Si acaso, jura por ti mismo, por tu persona que es
el dios que adoro y en quien he de creer.
Esta obra la representamos un día en clase, así que la pongo aquí por si alguien quiere leerla, es muy bonita.
EL PRÍNCIPE. MAQUIAVELO.
El principado pueden implantarlo tanto el pueblo como los nobles, según que la ocasión se presente a uno o a otros. Los nobles, cuando comprueban que no pueden resistir al pueblo, concentran toda la autoridad en uno de ellos y lo hacen príncipe, para poder, a su sombra, dar rienda suelta a sus apetitos. El pueblo, cuando a su vez comprueba que no puede hacer frente a los grandes, cede su autoridad a uno y lo hace príncipe para que lo defienda. Pero el que llega al principado con la ayuda de los nobles se mantiene con más dificultad que el que ha llegado mediante el apoyo del pueblo, porque los que lo rodean se consideran sus iguales, y en tal caso se le hace difícil mandarlos y manejarlos como quisiera. Mientras que el que llega por el favor popular es única autoridad, y no tiene en derredor a nadie o casi nadie que no esté dispuesto a obedecer. Por otra parte, no puede honradamente satisfacer a los grandes sin lesionar a los demás; pero, en cambio, puede satisfacer al pueblo, porque la la finalidad del pueblo es más honesta que la de los grandes, queriendo éstos oprimir, y aquél no ser oprimido. Agréguese a esto que un príncipe jamás podrá dominar a un pueblo cuando lo tenga por enemigo, porque son muchos los que lo forman; a los nobles, como se trata de pocos, le será fácil.Lo peor que un príncipe puede esperar de un pueblo que no lo ame es el ser abandonado por él; de los nobles, si los tiene por enemigos, no sólo debe temer que lo abandonen, sino que se rebelen contra él; pues, más astutos y clarividentes, siempre están a tiempo para ponerse en salvo, a la vez que no dejan nunca de congratularse con el que esperan resultará vencedor. Por último, es una necesidad para el príncipe vivir siempre con el mismo pueblo, pero no con los mismos nobles, supuesto que puede crear nuevos o deshacerse de los que tenía, y quitarles o concederles autoridad a capricho.
Maquiavelo, es un escritor italiano que escribe en género ensayístico, también escribió teatro y sus ensayos son de pensamiento político.
El tema del texto es la relación entre el príncipe y el pueblo. Intenta dar unos consejos para conseguir y mantener el poder.
El poder se mantiene con el miedo y este puede hacer que hagas cualquier cosa.
Pero este discurso, es para mantener el poder pero sin el miedo. La persona que llega al poder gracias al apoyo popular es mejor. El pueblo se siente inferior, así que si la persona procede del pueblo,ellos pensarán que les representará mejor ya que es uno de ellos.
Maquiavelo, es un escritor italiano que escribe en género ensayístico, también escribió teatro y sus ensayos son de pensamiento político.
El tema del texto es la relación entre el príncipe y el pueblo. Intenta dar unos consejos para conseguir y mantener el poder.
El poder se mantiene con el miedo y este puede hacer que hagas cualquier cosa.
Pero este discurso, es para mantener el poder pero sin el miedo. La persona que llega al poder gracias al apoyo popular es mejor. El pueblo se siente inferior, así que si la persona procede del pueblo,ellos pensarán que les representará mejor ya que es uno de ellos.
FRAGMENTOS DE POEMAS. WILLIAM BLAKE.
1. ¿Por qué se desvanecen los niños de la primavera?
Como un reflejo en un cristal y como sombras en el agua.
Si pudiera tenderme dulcemente
y dormir dulcemente el sueño de la muerte
y dulcemente oír la voz de aquel que recorre el jardín
al final de la tarde
Como un reflejo en un cristal y como sombras en el agua.
Si pudiera tenderme dulcemente
y dormir dulcemente el sueño de la muerte
y dulcemente oír la voz de aquel que recorre el jardín
al final de la tarde
2. Tigre, ardiendo brillante en el bosque de la noche
¿qué mano, qué ojo inmortal fabricó tu cruel simetría?
¿En qué cielos, en qué simas ardió el fuego de tus ojos?
¿Quién urdió tu corazón?
¿Fue quién hizo al cordero tu hacedor?
Tigre, tigre, ardiendo brillante en los bosques de la noche
¿qué mano? ¿qué ojo inmortal fabricó lo tu cruel simetría?
¿qué mano, qué ojo inmortal fabricó tu cruel simetría?
¿En qué cielos, en qué simas ardió el fuego de tus ojos?
¿Quién urdió tu corazón?
¿Fue quién hizo al cordero tu hacedor?
Tigre, tigre, ardiendo brillante en los bosques de la noche
¿qué mano? ¿qué ojo inmortal fabricó lo tu cruel simetría?
3. ¿Quién cambiará el fuego de su hogar por una piedra en la puerta ajena?
¿Quién cambiaría una hogaza de trigo por los grilletes de una celda?
¿Quién cambiaría a su recién nacido por el perro que ronda en el frío umbral?
¿Quién cambiaría una hogaza de trigo por los grilletes de una celda?
¿Quién cambiaría a su recién nacido por el perro que ronda en el frío umbral?
4. Cada noche y cada mañana algunos nacen para la miseria
cada noche y cada mañana algunos nacen para el dulce gozo.
Algunos, nacen para el dulce gozo cada noche y cada mañana.
Algunos nacen para la noche sin fin.
cada noche y cada mañana algunos nacen para el dulce gozo.
Algunos, nacen para el dulce gozo cada noche y cada mañana.
Algunos nacen para la noche sin fin.
5. Ver el mundo en un grano de arena
y el paraíso en una flor silvestre.
Sostener el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.
1-William Blake nos transmite que a él le gustaría, al morir, descansar eternamente. También los temas podrían ser: que hay más allá, ganas de morir, incapacidad, pocas ganas de vivir y pérdida de la inocencia.
y el paraíso en una flor silvestre.
Sostener el infinito en la palma de la mano
y la eternidad en una hora.
1-William Blake nos transmite que a él le gustaría, al morir, descansar eternamente. También los temas podrían ser: que hay más allá, ganas de morir, incapacidad, pocas ganas de vivir y pérdida de la inocencia.
Él acoge la muerte dulcemente, hace que las cosas malas se conviertan en dulces.
Él es creyente y por eso escribe las dos últimas oraciones. Para él el que recorre el jardín es Dios y el fin de la tarde es la muerte, el final de la vida.
2-Aquí, el autor, alaba al tigre mientras lo crítica, dice que es precioso, el animal más perfecto, pero se queja de su creador, ya que le ha otorgado la maldad. La crueldad está en el Creador no en el Tigre.
2-Aquí, el autor, alaba al tigre mientras lo crítica, dice que es precioso, el animal más perfecto, pero se queja de su creador, ya que le ha otorgado la maldad. La crueldad está en el Creador no en el Tigre.
Él tiene dudas sobre su fe religiosa ya que ve que a veces el Creador es malo.
También los temas podrían ser: la creación, el Creador, amor rencoroso, sobre un Dios.
En el segundo verso se centra toda la negatividad y en el quinto y sexto verso se centra algo malo también.
3-Con este poema dice que nadie, cambiaría las cosas buenas y maravillosas que tiene, por algo peor.
3-Con este poema dice que nadie, cambiaría las cosas buenas y maravillosas que tiene, por algo peor.
Se cuestiona porque alguien va a cambiar la incomodidad de otros por su propia comodidad.
4-Este poema, nos dice que en esta vida, hay gente que nace con suerte, y otros que no y viven en una miseria todos los días de su vida.
William Blake no entiende porque unos nacen para sufrir y otros no. Si existe Dios porque unos nacen con problemas y otros no ¿porque ese dolor?
En los dos primeros versos hay un paralelismo.
5-Aquí habla de esas cosas pequeñas que a él le sostienen.
4-Este poema, nos dice que en esta vida, hay gente que nace con suerte, y otros que no y viven en una miseria todos los días de su vida.
William Blake no entiende porque unos nacen para sufrir y otros no. Si existe Dios porque unos nacen con problemas y otros no ¿porque ese dolor?
En los dos primeros versos hay un paralelismo.
5-Aquí habla de esas cosas pequeñas que a él le sostienen.
Estas pequeñas cosas son las que le mantienen y le llenan de energía positiva.
POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS. JOHN DONNE.
¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
Los poemas de John Donne son irónicos y cínicos cuando trata los motivos del hombre y el amor. Sus temas más comunes son el amor verdadero que une a los amantes fieles, a la muerte (especialmente en su juventud y tras morir su esposa) y la religión.
Él habla de la muerte positivamente aunque habla de un tema negativo porque el cree que la muerte no es el fin del mundo.
En este texto la palabra unidad es muy importante porque si una persona muere, va a seguir estando en los demás.
Este poema también se le asocia a Hamlet ya que el autor está pensando en "Ser o no Ser", más claramente "Vivir o Morir"
¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
Los poemas de John Donne son irónicos y cínicos cuando trata los motivos del hombre y el amor. Sus temas más comunes son el amor verdadero que une a los amantes fieles, a la muerte (especialmente en su juventud y tras morir su esposa) y la religión.
Él habla de la muerte positivamente aunque habla de un tema negativo porque el cree que la muerte no es el fin del mundo.
En este texto la palabra unidad es muy importante porque si una persona muere, va a seguir estando en los demás.
Este poema también se le asocia a Hamlet ya que el autor está pensando en "Ser o no Ser", más claramente "Vivir o Morir"
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