¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.
Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.
Los poemas de John Donne son irónicos y cínicos cuando trata los motivos del hombre y el amor. Sus temas más comunes son el amor verdadero que une a los amantes fieles, a la muerte (especialmente en su juventud y tras morir su esposa) y la religión.
Él habla de la muerte positivamente aunque habla de un tema negativo porque el cree que la muerte no es el fin del mundo.
En este texto la palabra unidad es muy importante porque si una persona muere, va a seguir estando en los demás.
Este poema también se le asocia a Hamlet ya que el autor está pensando en "Ser o no Ser", más claramente "Vivir o Morir"
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